Respecto a los cuestionamientos sobre los permisos arqueológicos del proyecto de construcción del Aeropuerto Internacional de Chinchero, en Cusco (AICC), el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) aclaró que un CIRA determina la inexistencia de restos arqueológicos en superficie principalmente por inspección ocular mientras que un Proyecto de Evaluación Arqueológica (PEA) involucra la realización de excavaciones para identificar su potencial arqueológico con fines de identificar presencia de vestigios prehispánicos e históricos.
En 2006 se declaró Patrimonio Cultural de la Nación al Valle Sagrado de los Incas, en donde se encuentra la localidad de Chinchero, razón por la cual el Ministerio de Cultura, en 2012, aprobó el PEA del aeropuerto de Chinchero, lo cual exige un nivel de prudencia hacia nuestro patrimonio cultural aún mayor que la exigida por un CIRA.
“En el marco del PEA se ejecutaron diversas excavaciones en la zona del futuro aeropuerto, en el trazo de caminos secundarios de vinculación inca, no habiéndose encontrado vestigios arqueológicos, sin perjuicio de lo cual se recomendó la obtención de un Plan de Monitoreo Arqueológico (PMA) previo al inicio de las obras para salvaguardar el patrimonio arqueológico que pudiese hallarse”, indicó el MTC.
En esa línea, dijo que el Ministerio de Cultura el 2016 aprobó el PMA del proyecto y el 2018 el PMA del movimiento de tierra inicial hoy en ejecución, planes a través de los cuales se viene realizando un monitoreo permanente por dos arqueólogos a tiempo completo del contratista, un arqueólogo a tiempo parcial del supervisor y diversas visitas inopinadas de funcionarios del MTC y el Ministerio de Cultura.
“En ese sentido, el proyecto cuenta con las autorizaciones necesarias y, además, se viene cumpliendo una permanente vigilancia por parte del Estado y el contratista”, precisó el ministerio.
ESTUDIO DE VIENTOS
Respecto a los cuestionamientos relacionados al estudio de vientos, el MTC aclaró que, aún cuando la Regulación Aeronáutica del Perú (RAP) recomienda el uso de al menos cinco años para definir el emplazamiento de la pista, los estudios de pre-inversión del proyecto analizaron datos de seis años (1981-1985, 2011 y 2013), es decir, un año adicional al sugerido por la regulación aeronáutica nacional e internacional.
“Sumado a ello, la OACI -máximo organismo internacional de aeronáutica civil- confirmó al MTC el 2018 que el uso de los datos en los periodos antes indicados no contraviene las normas ni estándares de la aeronáutica internacional para definir el emplazamiento o viabilidad de un aeropuerto”, explicó.
Además, desde octubre del 2015, el MTC tiene instalada una estación meteorológica que toma muestras cada hora y ha continuado aumentando el registro meteorológico que corroboran la tendencia de vientos registrados en periodos anteriores, obteniendo así periodos de información técnica que supera largamente al promedio utilizado y recomendado para estudios en aeropuertos internacionales.
“Es decir, no solo se hicieron 6 años de monitoreo de vientos, sino que se tienen 3 años adicionales que verifican la tendencia de los datos anteriores completando más de 9 años de información”, refirió el MTC.
Destacó que la construcción del aeropuerto de Chinchero brindará mejores capacidades operativas para el acceso vía aérea a la región Cusco (por ejemplo, tendrá menores restricciones orográficas que en Cusco, se eliminará la contaminación sonora que afectan a la población al encontrarse inmerso dentro del casco urbano, podrá operar en dos sentidos de ingreso y salida, permitirá mejorar los niveles de servicio IATA, entre otros).
“Todo lo anterior generará una oferta de infraestructura acorde con estándares que promuevan la atracción del turismo, lo que dinamizará su aporte al PBI nacional (hoy superior al 3%)”, acotó.
