En el marco de la COP16, el Perú compartió la experiencia del Santuario Histórico de Machu Picchu (SHM) como el primer destino turístico internacional en obtener el Certificado Carbono Neutral.
Este logro fue expuesto en el Pabellón Perú por el jefe del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), José Carlos Nieto Navarrete, quien subrayó el compromiso de Perú con la conservación y la sostenibilidad.
“Esta certificación no ha sido un proceso sencillo, ha requerido cambios y mejoras en nuestros procesos, reafirmando nuestro compromiso con la conservación del patrimonio natural y cultural, y también demuestra cómo el turismo puede contribuir a la sostenibilidad global. Machu Picchu enfrenta varios retos, pero de manera conjunta entre estado y sector privado seguimos avanzando con diversas estrategias para asegurar un manejo óptimo. Valoramos esta herencia peruana», expresó Nieto Navarrete.
Este reconocimiento se ha logrado gracias a una alianza estratégica entre la Municipalidad Distrital de Machu Picchu, Ministerio del Ambiente, Sernanp, PromPerú, Inkaterra, Grupo AJE, entre otras, quienes unieron esfuerzos para abordar la situación del manejo de residuos que amenazaba Machu Picchu.
Desde la donación de una máquina compactadora en 2016 hasta la implementación de tecnología de pirólisis para residuos orgánicos, Machu picchu ha adoptado un enfoque innovador para el manejo de sus residuos.
Las acciones que condujeron a esta certificación también incluyen la puesta en operación de planta de transformación de aceite usado en biodiésel y glicerina, así como, la ambiciosa campaña “Un Millón de Árboles”, que mediante la reforestación de especies nativas, busca restaurar áreas degradas.
Las acciones están alineadas con el objetivo de reducir las emisiones de carbono en un 45% hacia 2030 y alcanzar la neutralidad (cero emisiones) para el 2050, en concordancia con el Acuerdo de París.
La certificación carbono neutral implica –para este caso– que todas las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las actividades turísticas han sido compensadas. Este enfoque no solo ayuda en la reducción del impacto ambiental, sino que también favorece a la biodiversidad y a la salud de los ecosistemas locales, así también, beneficia a la comunidad local al crear nuevos empleos, quienes en esa misma línea se convierten en aliados por la conservación.
Machu Picchu fue reconocida por UNESCO como Sitio de Patrimonio Mundial Mixto de la humanidad en 1983, es un referente global en la lucha contra el cambio climático e inspira a otros destinos turísticos a seguir su ejemplo.