Ayer, miles de personas se congregaron en la explanada de Sacsayhuamán para presenciar la majestuosa escenificación del Inti Raymi, la ancestral Fiesta del Sol, organizada en homenaje al solsticio de invierno en el hemisferio sur.
La escenificación del Inti Raymi se desarrolló en tres lugares emblemáticos: el templo de Qorikancha, la Plaza de Armas y la fortaleza de Sacsayhuamán. En cada uno se representó una parte esencial del ritual incaico, con danzas, cánticos y ofrendas que reflejan la cosmovisión ancestral de respeto a la naturaleza.
Esta ceremonia no solo reafirma la identidad cultural del pueblo andino, sino que también atrae la atención de miles de turistas nacionales y extranjeros.
La jornada comenzó a las 9 a.m. en el Qorikancha, con el tradicional “Saludo al Sol”. En seguida, el cortejo partió hacia la Plaza de Armas, donde se representó el “Encuentro de los Tiempos” –ritual gratuito y central para los cusqueños– antes de culminar en Sacsayhuamán con la ceremonia central a la 1:45 p.m.



Más de 800 actores –entre danzantes, músicos y el “Inca”– recrearon con gran detalle rituales, vestimentas y cantos en quechua. El recinto arqueológico de Sacsayhuamán vibró con una asistencia que, solo en esta locación, superó el millar de participantes.
David Ancca, actor cusqueño, interpretó al Inca Pachacútec, quien ofreció un discurso solemne al Dios Sol. En esta escena también se escenificó la entrega de ofrendas a la Pachamama, en agradecimiento por los frutos de la tierra.
Este momento fue acompañado de un profundo silencio y respeto por parte de los asistentes. La teatralidad, el simbolismo y la participación activa de cientos de actores consolidaron esta representación como uno de los actos culturales más significativos del país.
Miles de personas de distintas nacionalidades asistieron a esta ceremonia, y millones la vieron a través de distintas televisoras y redes sociales. El impacto económico y turístico que genera esta teatralización es muy grande.
El Inti Raymi reafirma su papel central en la estrategia cultural y turística del Cusco. Este ritual no es solo una representación histórica; actúa como imán de visitantes y dinamizador de la economía local, fortaleciendo el posicionamiento del destino en mercados internacionales.
Desde 2001, el Inti Raymi es considerado Patrimonio Cultural de la Nación y principal ceremonia de identidad nacional. Año tras año, miles de turistas acuden a Cusco para presenciar esta fiesta, lo que contribuye significativamente a la economía local y al fortalecimiento del turismo en el Perú.








