
Para esta Editorial quiero compartir el artículo de opinión que escribí sobre la indiferencia del Gobierno, frente a la crisis que viven miles de empresas turísticas a raíz del Covid-19, y que gentilmente fue publicada por la Revista Miradas Online en su última edición de junio, agradeciendo a sus editores Janet Vizcarra y Jaime Díaz.
En la actual coyuntura, si bien los efectos del temible coronavirus han afectado a todos los sectores productivos del Perú, ninguno se ha visto tan golpeado como el turismo y no solo por el impacto propio de la pandemia, que provocó la inmovilización social, la paralización de actividades y el cierre de fronteras, sino también por la indiferencia del Gobierno que sigue sin mover un dedo para rescatar dicha industria de la crisis que hoy afronta.
A tres meses de iniciada la emergencia sanitaria, el Ejecutivo parece haber abandonado a su suerte a la industria turística que penosamente observa, indefensa y desamparada, cómo se diluye su esperanza de vida frente a otros rubros que semana tras semana reciben el ansiado salvavidas estatal.
Con US$ 4,891 millones por turismo receptivo y US$ 6,500 millones por turismo interno, la industria de los viajes es la tercera actividad que genera mayores divisas e ingresos a la economía del país; por tanto, su colapso sería sumamente negativo para el PBI nacional. Un riesgo que, al parecer, el Gobierno estaría dispuesto a correr ya que su aparente preocupación no va más allá de las palabras.
La crisis del sector turismo es evidente: a la fecha, hemos visto el cierre de Avianca en el Perú, Latam Airlines despide a miles de trabajadores en medio de un proceso concursal ante Indecopi, hoteles con más de la mitad de su personal en suspensión perfecta, agencias de viajes al borde de la quiebra, guías de turismo y artesanos sin trabajo y totalmente desamparados, etc. Se estima que, a fines de junio, no menos de 600 mil personas habrán perdido sus empleos en el sector turismo.
Mientras tanto, desde el Ejecutivo no llegan palabras de aliento. Lo último que hemos escuchado es al presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, anunciar un plan de apoyo económico al sector que, en concreto, no es otra cosa que el desgastado programa Reactiva Perú, cuyos beneficios están fuera del alcance de las micro y pequeñas empresas turísticas. Incluso, en algún momento y con total desparpajo, el premier recomendó a estos negocios cambiar de giro.
Paralelamente, nuestro representante sectorial y única esperanza latente, el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Edgar Vásquez, prometió un paquete de medidas sectoriales, con fondos para inyectar liquidez, facilidades tributarias, regulaciones más adecuadas y una reestructuración de la promoción turística, que hasta el momento no se concreta. Pero la mayor decepción viene desde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), cuya titular María Antonieta Alva, sigue sin atender los requerimientos que los gremios del sector privado le enviaron hace más de dos meses.
Mientras que, como para calmar las aguas, el ministro de Transportes y Comunicaciones, Carlos Lozada, anunció hace poco que los vuelos nacionales y el transporte interprovincial se reactivarían en “julio o agosto”, pero sin decretar fechas concretas. Un anuncio que finalmente cae en saco roto, pues sin un calendario aterrizado es imposible comercializar viajes.
En resumen, un desinterés, una desidia absoluta y palpable por parte de Martín Vizcarra y de sus ministros, todos conscientes del tremendo impacto que iban a tener en el turismo sus medidas de prevención frente al Covid-19 y, pese a ello, no han sabido paliar la situación. Tal como van las cosas, este Gobierno será recordado como el que dejó morir a la industria sin chimeneas, que durante los últimos 15 años ha logrado innumerables reconocimientos para el país y nos llenan de orgullo por ser peruanos.
La reflexión final: señores del Ejecutivo, tienen una gran deuda con el sector turismo, pero todavía están a tiempo de arreglar las cosas. Sabemos lo complicado que resulta controlar la pandemia del Covid-19; pero, así como otros sectores están viendo la luz al final del túnel, les pedimos –a nombre de miles de empresas turísticas afectadas por sus decisiones– que aprueben ya las medidas de salvataje que requieren para sobrevivir y salvar los negocios de cara al periodo poscoronavirus, a la espera de que pronto volvamos a acoger a los millones de turistas que disfrutan de nuestros atractivos únicos y nuestra galardonada gastronomía. Que así sea.
Saludos,

Juan Carlos Castro
Director General
Turiweb
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