¿Qué debe pasar con el Machu Picchu Sanctuary Lodge? Lo correcto es una licitación transparente [EDITORIAL]

El futuro del Machu Picchu Sanctuary Lodge está en debate. El Gobierno Regional del Cusco ha decidido no renovar la concesión del hotel, operado por Belmond hasta mayo de 2025, y propone convertirlo en un centro de interpretación o –lo que es peor– gestionarlo directamente.

Cabe recordar que la posibilidad de transformar el hotel en un centro de interpretación fue respaldada por varios ministerios en la denominada “Declaración de Machu Picchu” firmada en enero de 2024. La intención puede parecer noble, pero ¿realmente es la mejor decisión para el turismo y la economía local?

Este hotel no es solo un alojamiento más. Es el único que permite a los visitantes pernoctar junto a la ciudadela inca, ofreciendo una experiencia única que enriquece la visita a Machu Picchu. Su presencia aporta empleo, dinamiza la economía y fortalece la imagen de Perú como un destino turístico de alto nivel. Sacarlo del circuito sin una alternativa clara es un error.

Lo correcto es que el Gobierno Regional convoque a una licitación pública para que las empresas interesadas en operar el hotel presenten sus propuestas. Debe ganar la que ofrezca las mejores condiciones, garantizando calidad, sostenibilidad y una retribución justa para el Estado.

No hay razón para que una entidad estatal administre un hotel, ni para que el inmueble sea destinado a otro uso que no contribuya directamente a mejorar la experiencia turística.

El turismo en Machu Picchu debe mantenerse a la altura de los estándares internacionales. Espacios como el Sanctuary Lodge no solo brindan comodidad a los visitantes, sino que refuerzan la percepción de Perú como un destino premium. Eliminar esta opción es cerrar una puerta a viajeros dispuestos a invertir en una experiencia exclusiva, afectando la competitividad del sector.

El Estado debe centrarse en lo que realmente necesita Machu Picchu: mejorar la infraestructura, optimizar la gestión del acceso y garantizar un turismo sostenible. Meterse a administrar un hotel no es la solución, ni convertirlo en un espacio con otro propósito. Se trata de aprovechar su potencial para generar ingresos y beneficios tangibles para la región.

El futuro de este hotel no debería definirse por decisiones políticas apresuradas. Una licitación bien estructurada es la opción más sensata para que Machu Picchu siga siendo un destino de primer nivel. Dejarlo en manos de la burocracia es desperdiciar una oportunidad. ¿Por qué arriesgar lo que ya funciona? Es momento de apostar por un modelo que beneficie a todos.

Es lo justo, saludos.

Juan Carlos Castro
Director de Turiweb
juancarlos@turiweb.pe


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