Las autoridades peruanas tienen hasta el 25 de agosto próximo para responder las interrogantes planteadas por la Unesco en torno al posible impacto del futuro Aeropuerto Internacional de Chinchero sobre la ciudadela inca de Machu Picchu, que desde 1983 es Patrimonio Histórico de la Humanidad.
“La carta (cuyo contenido no se ha difundido) es un pedido de información sobre varias cosas, entre ellas el impacto que tendrá en la zona arqueológica de Machu Picchu” un eventual aumento del número de turistas una vez que comience a operar el nuevo aeropuerto, manifestó una fuente gubernamental a la agencia AFP.
El proyecto del nuevo terminal aéreo de Cusco despierta polémica desde que fue anunciado en 2017. “Construir un aeropuerto en el entorno del Valle Sagrado tendrá efectos irreparables por el ruido, el aumento del tráfico y la urbanización descontrolada”, advirtió la historiadora Natalia Majluf.
Sin embargo, el presidente Martín Vizcarra defendió la construcción en su mensaje anual a la nación, el pasado 28 de julio. “Debe quedar claro que se respetará el legado arqueológico, natural, histórico y cultural del Cusco, así como las fuentes de agua de las que disponen los cusqueños”, aseguró.
El actual aeropuerto Alejandro Velasco Astete de Cusco quedó estrecho y no hay posibilidad de ampliarlo, al estar en medio de la ciudad imperial. Tiene capacidad para 3.000 pasajeros diarios, pero recibe 5.000.
Con un costo de unos 500 millones de dólares, el nuevo terminal aéreo de Chinchero permitirá elevar el flujo de viajeros en esta región altamente turística. El proyecto está en fase de diseño y las obras físicas recién empezarán en el segundo semestre de 2020.
Perú seleccionó en junio al consorcio surcoreano Korea Airports Corporation para que se encargue de la asistencia técnica en el diseño, construcción y puesta en operación del aeropuerto.