“La Ruta del Papa”: la oportunidad histórica que Chiclayo no puede desaprovechar [EDITORIAL]

El mundo tiene un nuevo Papa. Pero para Perú –y sobre todo para Chiclayo– no es cualquier Papa. Se trata de Robert Prevost, ahora León XIV, un hombre que durante décadas caminó, oró, enseñó y acompañó a los fieles desde esta calurosa y generosa tierra del norte.

Hoy, convertido en líder de la Iglesia Católica, no se ha olvidado de sus raíces peruanas. Al contrario, en su primer mensaje desde el Vaticano, dedicó unas palabras que han hecho vibrar el corazón de toda una región:

“Un saludo especial a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú, un pueblo fiel que ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo”, expresó en español.

Con esas palabras, León XIV no solo bendijo a su antiguo rebaño. También puso a Chiclayo en el mapa mundial, marcando un antes y un después para esta región.

Chiclayo, tierra de cultura mochica, de ceviche, de hospitalidad y de fe, tiene ahora una historia que contar al mundo: la historia del Papa que vivió entre nosotros. Y eso puede convertirse en un poderoso motor turístico y económico si se gestiona con inteligencia, orden y visión.

Y es ahí donde nace una oportunidad única. Una oportunidad de oro para crear “La Ruta del Papa”, una experiencia turística y espiritual que conecte a los visitantes con los lugares que marcaron la vida pastoral de quien hoy lidera la Iglesia Católica. La Catedral de Santa María, donde ofició misa. Las parroquias que visitó. El seminario donde enseñó. Las calles que recorrió. Los espacios que amó. Incluso los sabores que disfrutó.

Esa ruta no es solo un recorrido. Es una historia viva. Una forma de honrar su legado. Y una poderosa herramienta para dinamizar el turismo en toda la región Lambayeque.

El turismo religioso mueve millones de personas en el mundo. Pero más allá del impacto económico, ofrece algo aún más valioso: conexión, identidad y orgullo. Chiclayo, tierra de cultura, fe y calidez humana, tiene ahora el privilegio de ser cuna espiritual de un Papa. Y eso no se da todos los días.

Las autoridades locales, PromPerú, Mincetur, los empresarios del sector, las iglesias, los guías turísticos, los ciudadanos: todos debemos sumar. Porque si no lo hacemos ahora, la historia seguirá su curso… y habremos dejado pasar una oportunidad irrepetible.

Hoy más que nunca, Chiclayo tiene una misión: abrir sus puertas al mundo, con fe, con orden y con visión. Porque esta es la hora de la Ruta del Papa.

Saludos,


Juan Carlos Castro
Director de Turiweb
juancarlos@turiweb.pe


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