Hoteles “low cost”: conoce el modelo que busca revolucionar la hotelería en Perú

Surgido en la década de los setentas, como resultado de estrategias de mercado de diversas aerolíneas, el modelo “low cost” (bajo costo) tomó fuerza desde mediados de la década del 2000, siendo ahora uno de los modelos de negocio más prometedores a seguir desarrollándose.

Esto debido a su versatilidad y, sobre todo, a su capacidad de adaptación, ya que este modelo se centra en la optimización de los recursos y reducción de gastos en servicios de los cuales el usuario puede prescindir, para así ofrecer buenos precios a un consumidor que busca pagar sólo por lo que necesita.

En Perú ya operan algunas marcas de bajo costo, principalmente en líneas aéreas, y en el sector hotelero destaca Ayenda, la primera cadena de hoteles “low cost” que llegó al país a finales de 2019 y hoy cuenta con 18 establecimientos en Lima.

MODELO LOW COST

La primera referencia que se tiene del modelo “low cost” proviene de Air Southwest, la aerolínea estadounidense que comenzó reduciendo gastos para disminuir en gran porcentaje las tarifas para sus clientes.

De ahí el modelo se fue adoptando y adaptando a la época y, con la globalización, se ha vuelto tendencia mundial gracias a las exigencias de los nuevos consumidores, principalmente la generación millennial.

El “low cost” es un modelo en crecimiento que ofrece un servicio de calidad estandarizado enfocándose en las necesidades principales de los nuevos consumidores. Además, facilita la adquisición de servicios de forma digital, a través de medios de fácil acceso y amigables.

Recordemos que el cliente actual, gracias a internet y social media, ha adquirido un rol mucho más participativo y quiere decidir por qué pagar y por qué no; de esto se dieron cuenta una serie de emprendedores, por lo que comenzaron la tarea de resolver esas necesidades, abarcando también segmentos de la población que quieren seguir adquiriendo buenos servicios sin tener que pagar un alto precio.

Por ello, la propuesta de “low cost” busca y permite un amplio crecimiento, ya que proporciona un producto funcional, básico y cómodo con la misma calidad que sus equivalentes.

HOTELES LOW COST

En la hotelería, este modelo ofrece espacios cómodos, independientes, con excelentes servicios y a un precio accesible. Razón por la cual deben estandarizar áreas, instalaciones y personal, es decir, deben unificar todos los servicios.

Esto significa que los hoteles “low cost” funcionan como cadena para solventar el concepto y el negocio. Así, optan por la construcción y el diseño eficientes, utilizando elementos fáciles de montar, priorizando una cama muy cómoda y sitios de descanso.

Esto no sólo como un sello de identificación, sino como una garantía de que, sin importar el hospedaje elegido, el huésped recibirá siempre un excelente servicio; además de que esto permite mantener tarifas equilibradas.

Desde hace algunos años, los hoteles de “bajo costo” están en auge; hace un par de años, en Francia ya se tenía un 24% y hasta un 27% en Estados Unidos. Lo que se traduce como un gran porcentaje de viajeros que prefieren estos servicios, por lo que la cifra sigue en aumento.

VENTAJAS PARA HOTELES INDEPENDIENTES

Algo muy destacable del modelo es que explota la tecnología al máximo, permitiendo al viajero poder realizar gran cantidad de operaciones por medio de su teléfono móvil; lo que también permite al hotelero trabajar con un número reducido de empleados, pero que se enfocan al 100% en sus labores.

Además, al funcionar con una base tecnológica, las cadenas de hoteles low cost pueden alcanzar un gran flujo de clientes inmediatos, con altos estándares de satisfacción en la experiencia del usuario, y tener mayor control de las operaciones.

En el caso de la cadena Ayenda, opera bajo un modelo de franquicia con hoteles independientes que se unen a la marca, el cual asegura la excelencia de la operación mediante la estandarización y el monitoreo continuo, dando como resultado el incremento de las ventas.

Así, para vender más sin elevar los costos de operación y compartiendo los mismos objetivos con los hoteles aliados, Ayenda optimiza la capacidad instalada, aumenta la rentabilidad de cada habitación, mantiene altos estándares de calidad y multiplica la exposición en canales digitales y tradicionales.

La inversión que realiza Ayenda en los hoteles trae consigo el cobro de una comisión que se hace efectiva cuando las ventas del hotel superan sus costos fijos; es decir, la cadena sólo percibe una comisión cuando el hotel genera utilidades.

En ese sentido, el modelo de hoteles “low cost” ha llegado al Perú no sólo para ofrecer servicios que se ajustan a las necesidades de los viajeros, sino también para ayudar a los hoteles independientes locales a crecer y ser más competitivos en un sector que debe reactivarse luego de la crisis provocada por la pandemia.


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