
Sin bonos económicos, canastas de víveres, alimentos ni el acceso a la educación virtual, la situación de 800 familias de las islas de Los Uros, en el lago Titicaca, en Puno, es de sobrevivencia.
El drama diario de las familias, al menos ocho integrantes por cada una, es para preocuparse. La actividad turística era el único ingreso para poder comprar alimentos, pero debido al cierre de fronteras y a la suspensión de este rubro, las madres, los padres y sus hijos no tienen qué comer.
“El Estado no nos recuerda y las familias han podido subsistir a la manera en la que pueden, pero más se han alimentado de las aves y la raíz de la totora que es ‘chullo’ y nosotros le decimos ‘la banana de Los Uros’. Hemos tratado de sobrevivir, pero ya nos hemos cansado de seguir aguantando”, lamentó Rita Suaña, madre artesana y vocera de la comunidad.
En declaraciones a RPP Noticias, la dirigente hizo un llamado a las entidades del Estado, como PromPerú, que por muchos años han promovido el turismo en la zona, pero que a la fecha no han llegado ni para preguntar de qué están viviendo estas familias ante la falta de los turistas extranjeros y nacionales.
CERO CONTAGIOS
Según Suaña, en Los Uros no hay ninguna persona infectada con el nuevo coronavirus. El control ha sido tan extremo que solo se ha permitido que una persona por cada isla, integrada por ocho familias, salga a comprar alimentos una vez cada 15 días.
“Hemos sido hijos obedientes (…) Ahora ya no salimos a la ciudad porque ya no tenemos economía para hacer compras, estamos tratando de subsistir como podemos”, manifestó.
La artesana asegura que solo la municipalidad de Puno llegó hasta su comunidad y entregó una canasta de víveres por isla, pero al tener cada isla ocho familias, lo donado no alcanzó “ni para un almuerzo”.
Ante esta necesidad de sobrevivencia, las mujeres de Los Uros se han organizado y han decidido hacer nuevas artesanías, innovar nuevos productos con los que esperan tener el apoyo de alguna empresa.
“Muchos nos dicen dónde está PromPerú, dónde están las agencias de viaje que toda la vida han ganado de nosotros y ahora nadie dice esta boca es mía, nadie dice que esta población necesita apoyo. Siempre nos dicen: esta población no necesita ayuda; siempre dicen: Los Uros es turístico, tiene plata y eso nos duele bastante”, expresó.
Y ante esta problemática, las familias artesanas solo esperan lograr la atención del Estado, la visita de alguna autoridad que les devuelva la esperanza para seguir adelante y les brinde alimentos. “Esperamos que quizá nos escuchen y si no nos escuchan vamos a alzar la voz para llamar la atención de nuestro Estado. Somos un pueblo originario reconocido por la ley y esperamos ser reconocidos con un bono universal”, agregó.