
El Instituto Peruano de Economía (IPE) cuestionó la nueva Ley General de Turismo aprobada por el Congreso, advirtiendo que las Zonas Especiales de Desarrollo Turístico (ZEDT) no solucionan los problemas estructurales del sector.
“Nada de esto se resuelve con los incentivos tributarios de la nueva Ley del Turismo”, declaró Víctor Fuentes Campos, gerente de políticas públicas del IPE.
Según el IPE, el turismo en el Perú sigue estancado. Representa solo el 3% del PBI y genera 1,2 millones de empleos, aún por debajo del nivel prepandemia. La llegada de turistas extranjeros no mejora, y regiones como Cusco tienen un déficit de empleo turístico de hasta 35% en comparación con 2019.
El IPE advierte que las ZEDT podrían convertirse en espacios sin impacto real. “El problema de este tipo de beneficios es que son difíciles de evaluar. Si no se puede medir su impacto, ¿qué sentido tiene renunciar a esos ingresos fiscales?”, señaló Fuentes. Añadió que “si son permanentes y no temporales, como debería ser cualquier incentivo tributario bien diseñado, se vuelven regresivos y costosos”.
También alertó sobre los riesgos de corrupción. “Eso abre espacio para decisiones poco técnicas, clientelismo político y corrupción. Ya lo hemos vivido en otros sectores”, indicó.
Para el IPE, el problema no es tributario, sino de infraestructura y conectividad. “El turista extranjero, el que más gasta, no tiene cómo llegar directo a las regiones. No hay vuelos internacionales a Cusco, Arequipa o Piura. Para ir de una ciudad a otra, muchas veces tienes que volver a Lima. Es absurdo”, afirmó.
Criticó el abandono de los aeropuertos regionales y los retrasos en la ampliación del aeropuerto Jorge Chávez. Mencionó los casos de Chincheros, Jauja y Juliaca, donde las obras están paralizadas o con problemas de gestión.
Fuentes también llamó a diversificar la oferta turística. “No puede ser que sigamos dependiendo de un solo atractivo. Tenemos paisajes, cultura, gastronomía… y ahí están olvidados Choquequirao o Sacsayhuamán, sin un plan serio”, dijo el especialista en declaraciones a La República.
Sobre Machu Picchu, denunció que “en pleno 2025, los boletos aún se venden a mano. Es inconcebible”.
“El turismo necesita políticas públicas serias, no paliativos fiscales con sabor a populismo”, concluyó.