Dedicarse al sector del turismo no es vender un lugar o recurso visitable, es provocar el deseo de vivir una emoción, una experiencia inolvidable, ya sea en una ciudad, una playa o un bosque. Se trata de cumplir la expectativa del cliente, de anticiparse a sus necesidades de viaje.
Basado en lo anterior, el mercado turístico enfrenta grandes desafíos y tiene como aliados a los mismos destinos que con su magia, paisajes, colores y riqueza natural se convierten en un imán para atraer a los turistas nacionales y extranjeros.
La escuela de management turístico Ostelea revela cuáles son los pasos que debes seguir para crear una experiencia exitosa en esta nueva etapa de los viajes, así como las herramientas para mejorar la competitividad y rentabilidad de tu hotel, en caso de que seas director o propietario, pero también si estás pensando en emprender en el sector:
- Definir el perfil del cliente: dejando de lado los conceptos del producto o servicio e inclinándonos más por el lado de la experiencia, es fundamental definir el público objetivo al que está dirigida, teniendo presente variables como el perfil, cuándo y cómo viaja, qué medios utiliza para obtener la información para sus viajes, etc. Ostelea propone que vale la pena tener más de un cliente, ya que no existe un mismo producto que se ajuste a todas las personas.
- Determinar los productos: cuando un cliente está en el proceso de toma de decisión no solo pone en juego su racionalidad, sino también sus emociones. De allí, la importancia de contemplar componentes del tipo complementarios; es decir, aquellos factores que hacen tu experiencia diferente a la de la competencia.
- Establecer los precios: el precio que se establezca debe ser una señal de lo que el consumidor va a encontrar una vez que haya realizado la compra y no tiene por qué ser un costo cerrado. Ostelea aconseja pensar siempre el valor de la experiencia en función de dos personas, debido a que es el tipo de viaje más frecuente.
- Tener en cuenta la temporalidad: las diferentes estaciones del año marcan una pauta a la hora de diseñar un producto o experiencia. Sin embargo, es de suma importancia crear servicios que puedan ser ofertados durante los 365 días del calendario, puesto que contribuyen a posicionar la marca en un segmento concreto.
- Especificar los canales de comunicación: el cliente que es asiduo en Facebook tal vez no lo sea en Instagram, pero sí en Internet. Por tal motivo, es necesario identificar qué medios de comunicación utilizar.
- Planificar la comercialización y la promoción: aliarse con agencias online, metabuscadores, tour operadores, entre otros, resulta ser una buena estrategia para comercializar la experiencia. Eso sí, sin dejar de lado la venta directa offline o a través de la página web propia.
- Evaluación y renovación de los servicios: Ostelea recomienda hacer revisión de las experiencias cada seis meses. ¿Cómo? mediante encuestas cortas a los clientes. Esto permitirá medir su nivel de satisfacción con respecto a ellas y, al mismo tiempo, hacer los cambios pertinentes.