Gracias a una estrategia que se empezó a implementar desde hace varios meses con el fin de evitar el plástico de un solo uso, el hotel Sofitel Bogotá Victoria Regia es hoy un ejemplo en Sudamérica.
Este resultado es producto de un trabajo conjunto entre los diferentes departamentos que intervienen en la operación como el de compras, alimentos y bebidas, ama de llaves, talento humano y mantenimiento. La iniciativa no solo se refleja en la positiva experiencia del cliente, sino que resulta efectiva en términos de costos para una industria que tiene una gran responsabilidad ambiental.
En el área de alimentos y bebidas es donde se registra el mayor impacto de estas nuevas directrices. Los envases plásticos donde se ofrecía comida para llevar, así como los cubiertos y vasos fueron reemplazados por recipientes biodegradables a base de almidón de maíz.
“La principal característica de este material es que viene de la naturaleza y vuelve a ella. Además, es resistente a bajas y altas temperaturas, tiene una apariencia agradable y mantiene los aromas y sabores.”, explica David Kianni, gerente general del hotel.
Los sorbetes y mezcladores de plástico, igualmente, se cambiaron por los de papel y bambú respectivamente, y solo se ofrecen por solicitud del cliente. Sus ventajas radican en que no pierden la rigidez en el agua y tardan mucho menos en descomponerse que sus antecesores.
El cambio, así mismo, se evidencia en la oferta del agua. Las botellas plásticas se eliminaron del todo, ahora los huéspedes cuentan con botellas de vidrio y otra alternativa: el agua filtrada “Natura”, una máquina de triple filtración y con la última tecnología que permite reducir el consumo de botellas de plástico.
SOSTENIBILIDAD
Las habitaciones del hotel Sofitel Bogotá Victoria Regia no escapan a esta revolución. En ellas se implementaron medidas como reemplazar las botellas de plástico por las de vidrio, que resultan cerca de US$ 200 más económicas. En este aspecto, el hotel está yendo más allá: solicita a su proveedor que recicle y reprocesan estos recipientes.
También se ha innovado en el servicio de lavandería y en las amenidades. Por un lado, los protectores para la ropa ya no son de plástico, sino de tela cambre, lo que permite reutilizarlas. Por otro lado, para productos como el kit dental o los gorros de baño se emplean empaques en papel kraft, recubiertos con ácido poli-láctico que es un polímero biodegradable, mientras que las pantuflas se envuelven en bolsas de tela.
En el gimnasio, las botellas de agua cedieron su lugar a un dispensador y a los vasos a base de almidón de maíz, y en todas las áreas del hotel hay dispensadores de agua para evitar el consumo de botellas plásticas.
En la actualidad, el hotel Sofitel Bogotá Victoria Regia desarrolla una segunda línea de acciones que le apuntan a lograr sus objetivos en materia de sostenibilidad. De acuerdo con Kianni, por ejemplo, se decidió crear los “Fresh Farm Fridays” con el fin de apoyar a los agricultores nacionales y promover el consumo inteligente. Esta iniciativa consiste en ofrecer, todos los viernes, un menú con productos frescos comprados en el mercado local.
Paralelamente, el hotel cuenta con el “Chef’s herbs and vegetable Garden”, un jardín orgánico localizado en la terraza del segundo piso, a pocos pasos de la cocina, en el que se siembran productos frescos que se emplean en la preparación de los alimentos con el fin de incluir sabores saludables en los platos y productos que vayan directamente “del campo a la mesa”.
En vista de que el agua es un recurso valioso, se instalaron ahorradores de agua en los lavamanos de todas las habitaciones para reducir el consumo de este líquido. Gracias a este pequeño equipo, de 45 galones consumidos por persona se puede pasar fácilmente a cerca de 25 galones.
De estas acciones también hace parte una iniciativa de reproceso y aprovechamiento de jabones y champús. La Fundación Soap For Hope, que enseña a desinfectarlos y crear nuevos productos, apoya al hotel para que done este material a la caridad, en vez de desecharlo.
El hotel, así mismo, ha obtenido resultados positivos en la reducción del desperdicio de comida. Por ejemplo, emplea la cáscara de las naranjas en la elaboración de compota y el pan que no se consume durante el desayuno en la preparación de pudín de pan. Los empleados también están comprometidos con este propósito, por lo que controlan el desperdicio de comida aun cuando no están trabajando. En este indicador, el hotel ha logrado un avance significativo para llegar a la meta del 30%.