Sergio Curti, desde EEUU, augura cómo serán los viajes aéreos en la era post Covid-19 [OPINIÓN]

En medio de la incertidumbre por el retorno de los vuelos domésticos e internacionales en Perú, Sergio Curti Calcagno, conocido profesional peruano de la industria aérea y fiel lector de Turiweb, compartió con nuestros seguidores su apreciación sobre los cambios que ha generado el coronavirus en el sector turismo de Estados Unidos, donde radica desde hace varios años.

En este interesante artículo, el ex gerente de Star Perú, Aerocóndor y Sky Airline, hoy Flight Attendant de la estadounidense Frontier Airlines, describe su experiencia como trabajador activo durante la pandemia y la adaptación de la aviación a una ‘nueva normalidad’, que augura cómo serán los viajes aéreos en la era post Covid-19. Lee aquí sus comentarios:



VIAJES POST COVID-19: ¿LLEGÓ LA NORMALIDAD?


Me considero muy afortunado de haber podido seguir volando como tripulante de una línea aérea ‘low cost’, a través de toda esta temporada de pandemia. Desde que se inició esta pesadilla, a mediados de marzo, he podido vivir de cerca cómo se ha venido desarrollando la misma, en un país como Estados Unidos, donde nunca se cerraron los vuelos domésticos.

Por esta razón quiero compartir algunas vivencias, con el afán de adelantarles a aquellos futuros viajeros qué es lo que se viene. En países como Perú, Argentina, Colombia, Panamá, entre otros, aún no se restablecen ni siquiera los vuelos domésticos; por ello, quisiera adelantarles lo que está por venir, porque esta ‘nueva realidad’ ya se vive aquí desde hace algún tiempo.

Mucho se ha avanzado aquí [en EEUU] desde inicios de la pandemia, en marzo. Con el inicio de la temporada de verano, ahora vemos mucha gente movilizándose y volando otra vez, pero todo está aún lejos de ser como era antes.

En los puestos de control de seguridad de los aeropuertos de EEUU, hoy por hoy, están registrándose aproximadamente medio millón de pasajeros diarios en vuelos domésticos, lo que dista mucho de los casi 2.2 millones que se registraban antes. En los peores días, se llegó a 80 mil, lo que significó una tremenda crisis para un país tan grande como éste.

Recuerdo haber trabajado vuelos con 5, 7 o 10 pasajeros, mi récord fueron 2 en un vuelo entre Raleigh-Durham y Miami. Hoy en mi aerolínea tenemos la suerte de tener promedio de 130 a 150 por vuelo, pero como les digo, estamos lejos de estar en la normalidad.

Considero que lo que experimento aquí a diario es muy similar a lo que pronto veremos en nuestros países, una vez que se reabran los vuelos. Fuimos la primera aerolínea en tomar la temperatura a los pasajeros. incluso a tripulantes, antes de abordar el avión y ahora muchas nos imitan. Asimismo, nos hemos vuelto policías a bordo, controlando que todos los pasajeros usen sus mascarillas todo el tiempo.

Personalmente no me gusta hacerlo, pero son las nuevas normas. Como comprenderán, no todos lo quieren hacer y ello ocasiona desagradables incidentes de manera frecuente.

Ya no estamos brindando ningún tipo de servicio a bordo, por lo que se informa a los pasajeros antes de abordar que compren lo necesario. Pero aún veo a diario pasajeros sorprendidos cuando abordan un vuelo de 4 a 5 horas y no han traído nada. Solo podemos vender botellas de agua y son extremadamente escasas.

Algunos asientos del medio se dejan libres, pero no todos, y ahora encontramos gente quejándose de por qué no lo hacemos. Es imposible mantener el distanciamiento social a bordo, se hacen esfuerzos, pero nadie está a 2 metros distancia de otro. Nosotros mismos ahora debemos sentarnos distinto, ya no podemos compartir nuestros jumpseats (asientos de tripulantes).

La aerolínea, de forma muy creativa, ideó un producto novedoso por el cual se permitía a los pasajeros –por un monto módico– adquirir el asiento del medio si así lo deseaba, pero fue tan criticado en las redes sociales que se tuvo que dejar de lado (ahora solo se bloquean algunos asientos de medio). Es muy común ver pasajeros sentados en filas de a tres.



AEROPUERTOS Y TRANSPORTE

En cuanto a los aeropuertos, es muy triste ver cómo una gran cantidad de establecimientos ha tenido que cerrar, considerando que aquí nunca se cerraron los vuelos. Los aeropuertos ahora lucen tristes y diría que han perdido un poco de vida.

Con más de 100 días cerrados en Perú, ¿cuántos negocios sobrevivirán? Como pasajero, si tienes la suerte de encontrar ese restaurant funcionando, lo más probable es que lo esté haciendo en horario limitado, y no sólo eso, casi ninguno permite que te sientes a consumirlos, por lo que tendrás que ser creativo.

De las tiendas, muchas han quebrado, sobre todo aquellas que proporcionaban servicios tipo masajes o las que vendían souvenirs o ropa; a duras penas sobreviven las que venden comida o artículos de uso frecuente. En cualquier aeropuerto los alquileres son altísimos y manejándose aún aquí hay una reducción del 75% del promedio normal, no debe ser fácil mantener un negocio abierto.

Por eso mismo estimo cómo será la realidad en el Aeropuerto Jorge Chávez cuando reabra, sólo sugeriría a los viajeros, por si acaso, estar preparados.

En cuanto al transporte, está limitado, no hay tanta disponibilidad como la había antes, y los taxis por aplicación tipo Uber o Lyft han subido de precio exponencialmente. En el aeropuerto de Denver, que es mi base, los empleados solíamos estacionar nuestros autos en unas playas ubicadas lejos del terminal, y nos trasladaban directamente a la rampa en unos buses especiales sin pasar los controles de seguridad.

Eso ya quedó en el olvido, ahora debemos usar una de las tantas playas de estacionamiento clausuradas al público usuario y caminar aproximadamente un kilómetro, y todos religiosamente pasar los controles de seguridad. El uso de mascarillas en el terminal es obligatorio y el que no lo hace se expone a una multa.

El principal movimiento de pasajeros se observa principalmente por motivos de reunificación familiar pues, al ser verano, muchos padres de familia se aburrieron de tener a los hijos encerrados en casa. Es curioso observar que la gran mayoría de viajeros ahora son jóvenes; es decir, muy pocos de la tercera edad y se ha reducido considerablemente el uso de las sillas de ruedas.



LIMITACIONES HOTELERAS

En cuanto a los hoteles, se observa un flujo casi inexistente del pasajero corporativo, tampoco de turistas. Somos los tripulantes de las diversas aerolíneas los que aún damos cierto oxígeno a algunos establecimientos.

En Indianápolis, por ejemplo, me indicaron que si no fuera por las 4 o 5 habitaciones diarias que les proporcionamos, ya hubiesen cerrado su local. Muchos hoteles permanecen aún cerrados y los que aún atienden, lo hacen con servicios limitados al extremo. Es casi imposible encontrar servicio de alimentos y bebidas, la mayoría ha cerrado sus gimnasios, piscinas y ni pensar en los salones de eventos, por el momento son cosa del pasado.

A pesar de que en algunos Estados ya se permite usar las piscinas, muchos hoteles no se pueden dar el lujo de abrirlas porque ya no cuentan con suficiente personal ni presupuesto para mantenerlas.

La mayoría de los hoteles opta por promover el uso de la llave electrónica, por medio del celular, para evitar el contacto al máximo. Las recepciones están cubiertas por plásticos protectores. Si uno quiere comer y no ha llevado su propia comida, debe optar por solicitar servicio vía delivery como Uber Eats o Door Dash, y por supuesto bajar a recepción a recoger el pedido, ya no permiten el delivery a la habitación.

El room service también desapareció, por supuesto. Los pocos hoteles que aún sirven desayuno lo hacen como época de guerra. Es decir, ya no hay buffet ni tampoco servicio a la carta; se encuentra, a lo mucho, plátanos, jugos envasados y la poca comida se encuentra cubierta en plástico; uno mismo debe calentarla en los hornos microondas disponibles.

Si se desea salir a comer afuera, dependiendo de la ciudad donde uno se encuentre, algunos restaurantes sólo tienen la opción del delivery o el famoso “takeout”; es decir; llegas, haces tu pedido, pagas y te vas a comer a otra parte, o el famoso ‘drive thru’.



ESPERADA RECUPERACIÓN

En comparación con nuestro país, [en EEUU] definitivamente hay diferencias sustanciales y se siente que poco a poco la economía va recuperándose, aunque los efectos han sido devastadores. Sin embargo, diría que aún no están las condiciones dadas como para realizar viajes de placer.

Espero de corazón que retornen esos días, yo mismo deseo volver al Perú a visitar a mi madre, delicada de salud, y quién sabe cuándo lo podré hacer.

Aprovecho para preguntar: ¿Qué espera el Perú para reiniciar los vuelos domésticos? Ya se esperó demasiado, aquí nunca se dejaron de realizar y no creo que por eso se esparció más el virus. Con los nuevos protocolos en vigencia y el consumidor responsable y preocupado por su salud (diría que la gran mayoría), no debe haber ningún problema. El transporte aéreo es el gran motor de la economía. ¡Reabran los aeropuertos ya!

Un fuerte abrazo y afectuosos saludos desde Denver.

Sergio Curti
Flight Attendant en Frontier Airlines
sergiocurti2000@yahoo.com


*NOTA DEL EDITOR: Las opiniones vertidas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor. Turiweb no se solidariza necesariamente con las mismas.

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