La deslumbrante belleza natural de la laguna de Huacachina, ubicada en la costa desértica del departamento de Ica, mereció un artículo especial en la edición mexicana de la prestigiosa revista de moda y belleza Vogue. Llamada el “Oasis de América”, se le reconoce como un destino alternativo al emblemático Machu Picchu.
El artículo firmado por Milagro Urquieta, publicado el 25 de enero, destaca que la laguna de Huacachina es uno de los pocos oasis naturales que quedan en el continente americano, al que es fácil llegar dado que se encuentra a solo cuatro horas en auto desde la ciudad de Lima, capital del Perú.
En primer lugar, se aprecia las excepcionales condiciones en las que subsiste este mágico oasis, rodeado por gigantescas y doradas dunas que evidencian el dominio del desierto en la costa central del Perú. Sus aguas color esmeralda, a las que se atribuyen propiedades terapéuticas, permiten la existencia de una frondosa vegetación en la que sobresalen esculturales palmeras que invitan a detenerse a numerosas aves locales y migratorias.
A sus atributos como lugar ideal para desconectarse del estrés citadino se suman las estupendas condiciones que brinda el impactante desierto para la práctica de deportes de aventura como sandboard, parapente, ala delta, caminatas o trekking y recorridos llenos de adrenalina en vehículos llamados “buggys” o areneros que sortean ondulantes y desafiantes dunas.
Una de las experiencias más asombrosas en el desierto es pasar la noche fuera al aire libre rodeado solamente de arena y mirando el cielo despejado con millones de estrellas brillantes. Algunos operadores turísticos ofrecen una noche de campamento en algún lugar en el medio de las dunas, incluyendo un refrigerio campestre.
Otras actividades de día en Huacachina incluyen descansar relajados bajo palmeras en la orilla de la pequeña laguna, remando en el espejo de agua o nadar en la laguna.
GASTRONOMÍA Y PISCO
Sin embargo, la laguna de Huacachina ofrece mucho más. La suculenta gastronomía de la costa peruana, y en particular de la región Ica, encandilan a los visitantes quienes pueden degustar platos como la carapulcra con sopa seca (a base de papa hervida y guisada con carnes de cerdo, ají panca y otras especias), la tradicional sopa seca, el chupe de pallares verdes (a base de pallares verdes que son remojados y cocidos en un aderezo de cebollas, al que se le agrega queso y leche) o el exquisito cóctel de camarones cocidos.
En cuanto a postres, se resaltan a dos embajadores: las tejas y chocotejas. Las primeras son chocolates típicos de Ica, rellenos de frutas secas como pecanas o higo, acompañadas con manjar blanco. En tanto, las tejas son una suerte de alfajor con miel rellenos con manjar blanco y, en algunos casos, cubiertos con dulce de naranja o limón.
Estos potajes pueden acompañarse con pisco, el licor de bandera peruano cuyo origen está, precisamente, en Ica. Este destilado se puede disfrutar puro en sus diversas variedades o como ingrediente principal de afamados cócteles como el pisco sour, que cada vez más conquista paladares en el mundo.
CUÁNDO VISITAR HUACACHINA
Urquieta brinda algunas claves para disfrutar mejor de este encantador destino peruano. Si bien puede ser visitada durante todo el año, la mejor temporada para llegar a la laguna de Huacachina es entre mayo y agosto, durante el invierno peruano, dado que la temperatura diurna se aleja de los más de 30 grados que caracterizan al abrasador verano.
Sin embargo, una de las festividades emblemáticas de Ica, el Festival Internacional de la Vendimia, que se realiza en marzo, moviliza a muchos visitantes entre nacionales y extranjeros, quienes no pierden la oportunidad de llegar a la mágica Huacachina y deleitarse con su magnética belleza.
ORIGEN LEGENDARIO
Sobre el origen de la laguna se menciona la leyenda que ha trascendido en el tiempo. Refiere que una princesa local, dolida por la muerte de un guerrero amado, entró en el desierto y comenzó a llorar. Sus lágrimas cayeron sobre la arena y pronto se convirtió en un pequeño charco. Cuando notó que un cazador la observaba, huyó, dejando el charco de agua que luego se convirtió en laguna.
Aunque no está directamente vinculado a la Huacachina, la visita a este impresionante destino motiva llegar también a una localidad cercana: Cachiche, poblado cuya fama responde a que fue el hogar de muchas personas, sobre todo mujeres, que practicaban el curanderismo y a las que popularmente se les llamó “brujas” o “hechiceras”.