Los nacionales o residentes en el Reino Unido que lleguen de zonas consideradas de “alto riesgo” por coronavirus como Sudamérica serán aislados en hoteles, que deberán pagar de su bolsillo, para evitar la importación de nuevas cepas.
Tras el descubrimiento de una nueva variante del virus originada en la Amazonía brasileña, el ejecutivo de Boris Johnson prohibió hace dos semanas las llegadas desde todos los países de América del Sur, Panamá y Portugal.
La medida ya se aplicaba a Sudáfrica, donde también se halló una mutación del virus que causaba preocupación.
Sin embargo, la prohibición no concierne a ciudadanos británicos y residentes legales, que pueden regresar a sus hogares previa presentación de un test negativo de covid-19 y con el compromiso de aislarse durante 10 días tras su llegada.
“Exigiremos a todos los que lleguen y no se les pueda denegar la entrada que se aíslen en alojamientos estipulados por el gobierno, como hoteles, durante 10 días sin excepción”, anunció Johnson el miércoles ante el parlamento. “Serán recibidos en el aeropuerto y transportados directamente a la cuarentena”, agregó sin precisar la fecha a partir de la cual esta media entrará en vigor.
Se están “llevando a cabo” conversaciones con cadenas hoteleras cuyos detalles se concretarán la próxima semana, puntualizó después la ministra del Interior, Priti Patel.
El primer ministro Johnson también subrayó que “es ilegal”, en el marco del tercer confinamiento aplicado actualmente, “viajar al extranjero sin una razón válida” como obligaciones laborales.
“Hay todavía demasiada gente que entra y sale de nuestro país cada día”, lamentó Patel, haciendo alusión a personas con esquís en la estación internacional de Londres.
Para asegurarse de que se respetan las normas, la policía preguntará a los viajeros el motivo de su desplazamiento y se les impedirá embarcar si este no es válido.