Perú: oportunidades del turismo rural para la reactivación pospandemia

Antes de empezar las cuarentenas o de imaginar los impactos que traería el Covid-19 al mundo y en particular al sector, la Organización Mundial del Turismo (OMT) había elegido el 2020 para que fuera el “Año del Turismo y Desarrollo Rural”, lo cual terminó siendo muy pertinente, ya que tendrá una gran relevancia en el futuro inmediato para quienes deseen viajar evitando aglomeraciones y grandes ciudades.

La escuela de turismo Ostelea indica que en Perú hay grandes oportunidades en el ámbito del turismo rural, ya que coexisten experiencias consolidadas, como las de turismo comunitario, y propuestas implantadas recientemente por el sector privado y que han contado con algún apoyo del Gobierno Nacional, donde el ecoturismo también es adecuado para reactivar el sector.

El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) ha hecho intervención en una gran cantidad de emprendimientos en 16 regiones del país (San Martín, Amazonas, Cajamarca, Loreto, Lambayeque, La Libertad, Áncash, Ucayali, Pasco, Lima, Ayacucho, Apurímac, Puno, Madre de Dios, Cusco y Arequipa), enfocadas en el turismo rural, las cuales generan un aporte de 12% como incremento de la empleabilidad.

También destaca que se genera un ingreso complementario mensual de S/ 53.00 por familia y se alcanzaban cerca de 100 mil visitantes extranjeros haciendo viajes a zonas rurales manejadas por organizaciones de base comunitaria.

En el marco del Congreso Internacional de Turismo, organizado por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, la docente e investigadora de Ostelea, Raquel Santos-Lacueva, informó: “En el turismo rural podemos destacar líneas estratégicas para dinamizarlo; turismo comunitario, agroturismo y las iniciativas público-privadas”.

“La actividad turística como motor de desarrollo rural ha sido una propuesta de numerosos gobiernos del mundo. Por ejemplo, la Unión Europea ha promovido desde la década del noventa los programas LEADER para diversificar la economía rural de sus países miembros, fomentando el turismo desde las primeras ediciones hasta la actualidad. De estas experiencias se han detectado factores que han impedido el éxito de algunos instrumentos”, apuntó.

RETOS DEL TURISMO RURAL

Santos- Lacueva detalló los desafíos a los que se enfrenta el turismo rural para seguir potenciándose y ayudar a la industria sobreponerse del mal momento. Uno de ellos es el tema de sostenibilidad, sobre lo cual advirtió que no significa ser más sostenible; el concepto hay que acompañar de decisiones y acciones orientadas a la durabilidad turística futura. Ello lleva a la obligación de repensar y replantear para adaptarse a lo que se ha llamado la ‘nueva realidad’ al menos por el corto plazo.

Entre las oportunidades para introducir cambios en la gestión y hacer las cosas de otra forma. En concreto, hay tres que podrían tenerse en cuenta a la hora de reconfigurar las estrategias de cara a adaptarse a esta situación:

“Hay que mejorar la oferta, el modelo, los productos y las experiencias, incorporando criterios de sostenibilidad. Si de alguna manera, ya estaban incorporados estos criterios, es un buen momento para analizar cómo se pueden fortalecer y hacerlos más fuertes. Es un excelente momento para potenciar el turismo rural en viajeros locales y cercanos, porque hay un potencial inmenso en todas las personas que hacen viajes lejanos, pero han desestimado conocer todo aquello que tienen cerca. Eso hoy más que nunca puede ser aprovechado para que conozcan las actividades, experiencias y servicios”, expresó la docente de Ostelea.

En esa línea, también hay que fortalecerse como destino turístico. No es la primera vez que un destino tiene que parar su actividad por completo, por ejemplo, cuando han sufrido de desastres naturales y de allí se aprovechó para superar el problema y reactivarse lo hacen más fuertes y resilientes, porque adoptan medidas que no habían tenido en cuenta y son más sostenibles, la diferencia es que ahora no hay que reconstruir la infraestructura, pero hay que replantear lo que ofrecemos y cómo lo ofrecemos y es el momento para mostrar lo mejor de los destinos turísticos del Perú.

Es un excelente momento para potenciar el turismo rural en viajeros locales y cercanos, porque hay un potencial inmenso en todas las personas que hacen viajes lejanos, pero han desestimado conocer todo aquello que tienen cerca. Eso hoy más que nunca puede ser aprovechado para que conozcan las actividades, experiencias y servicios. De este modo, nos encontramos ante un momento de oportunidad para impulsar el turismo rural en Perú.

A continuación, se enumeran cuatro grandes oportunidades para el sector:

1- Consolidar el desarrollo sostenible del turismo rural. Primero debe analizarse cómo se incorporan los criterios de sostenibilidad en el turismo; después, es el momento de elaborar estrategias que aporten mayores garantías de sostenibilidad, de duración futura, de las actividades turísticas ante un escenario post-covid19 en el medio rural, teniendo en cuenta criterios ambientales, sociales y económicos.

2- Dar a conocer la oferta de turismo comunitario y agroturismo. Hay que diseñar medidas que pongan en valor los atractivos turísticos del medio rural y animen la llegada de visitantes locales y de otro tipo de turistas que en condiciones sanitarias y de movilidad normales elegirían otro tipo de destinos.

3- Fortalecer la gobernanza de los destinos turísticos. Esta crisis ha generado la cooperación y la colaboración entre numerosos agentes del sector turístico. Estas alianzas, ahora imprescindibles, deben buscar la manera de afianzar estas relaciones más allá de la crisis sanitaria.

4- Formación. Durante la crisis sanitaria y el cierre de los negocios turísticos, se da la oportunidad perfecta para mejorar la formación de todos los agentes del sector. La capacitación turística ofrece mejores experiencias para los clientes y mayor competitividad de los destinos.

Al mismo tiempo, para garantizar la sostenibilidad del turismo rural en el escenario post-Covid19, las estrategias que se implementen deberán tomar en consideración los siguientes retos:

  • Mayor exigencia. La crisis mundial del coronavirus reafirma e intensifica la tendencia de unos turistas más exigentes y más comprometidos, por ejemplo, con el medioambiente, la generación de residuos o la responsabilidad social. Además, se extremará la demanda de los estándares higiénico-sanitarios.
  • Seguridad de la población local. La adecuación de los protocolos de seguridad y de las estrategias de comunicación será crucial para que la población local no perciba la llegada de turistas como un riesgo para su salud.
  • Nuevos valores sociales y necesidades. El aislamiento y el confinamiento a nivel global trae consigo nuevas necesidades y prioridades de la población. El valor de lo humano, de las pequeñas cosas y de las emociones, deben jugar un papel central en el replanteamiento del turismo rural ante el Covid-19.
  • Conocimiento e investigación turística. Los retos que deberá enfrentar el turismo requerirán cada vez de mayor conocimiento experto y multidisciplinar. Deben destinarse recursos a generar conocimiento e investigación para mejorar la toma de decisiones, y en consecuencia la competitividad y la sostenibilidad del destino.


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