Habrá menos dinero para promoción en 2021 ¿Qué están haciendo Mincetur, PromPerú y los gremios?
Con la reanudación de los vuelos domésticos y la aprobación de los protocolos para casi todos los servicios turísticos (agencias, guías, hoteles, restaurantes, transporte aéreo, terrestre, etc.) y atractivos históricos, culturales y naturales, muchos me han preguntado si en efecto ya empezó la reactivación del sector turismo. Aunque suene pesimista y contrario a la opinión de varios analistas, que coinciden con la idea que nos quiere vender el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), mi respuesta es “NO” y les explico por qué.
Para el Mincetur, gracias a las medidas sectoriales dispuestas tras la cuarentena y al “apoyo” financiero brindado a las empresas con los programas Reactiva Perú, FAE-Mype, Turismo Emprende y FAE-Turismo (cuyo reglamento aún está pendiente), hoy el sector está preparado para la llegada del “nuevo turismo”: el interno este año y, si Dios lo permite, el receptivo en el segundo semestre de 2021.
Si bien esto es un avance frente a la crisis que vive el sector turismo, lo hecho hasta ahora es insuficiente para reactivar la demanda interna y, mucho menos, el receptivo. Resulta inaudito que, a la fecha, no exista ni se haya presentado públicamente algún plan, estrategia o campaña que nos permita vislumbrar cómo se incentivarán los viajes. Más grave aún, sin advertir siquiera que el próximo año habrá un forado en el presupuesto de promoción, por la caída sustancial de la recaudación del Fondo de Promoción.
Preguntamos al Mincetur, PromPerú y a los gremios del sector privado: ¿Alguien está analizando en cuánto caerá la recaudación del Fondo de Promoción y del impuesto a los Casinos este año? ¿Han considerado que para el 2021 habrá un recorte importante en el presupuesto de promoción? ¿Tienen idea del grave retroceso que esto causará al destino? ¿Han calculado el impacto que tendrá en las proyecciones? ¿Qué plan de contingencia han trabajado en estos cuatro meses de para (léase cuarentena)?
Como se sabe, desde el 2003 existe el Fondo de Promoción Turística cuyos recursos son recaudados a través de un impuesto extraordinario de US$ 15, incluido en los boletos aéreos internacionales que pagan los viajeros que arriban al Perú. El dinero es intangible y solo es para turismo: un 80% está destinado a financiar acciones de promoción turística (PromPerú), el 20% restante va para obras de infraestructura turística (Plan Copesco Nacional).
Por otra parte, existe el impuesto a los Casinos y Tragamonedas, cuyos recursos son administrados por el Mincetur y se invierten en el desarrollo de la artesanía peruana y otro monto va dirigido a los municipios. Debido a la paralización de estas actividades, por la emergencia sanitaria, la recaudación de este tributo también caerá ostensiblemente este año, en perjuicio del sector.
MENOS PROMOCIÓN EN 2021
Conversando con una especialista en el tema, me explicó que cuando el Estado asigna el presupuesto anual de PromPerú y el Plan Copesco lo hace en base a lo que se prevé que recaudará el Fondo de Promoción el año siguiente, considerando también la evolución de las llegadas internacionales y los ingresos captados durante el ejercicio anterior.
Así, en 2019, la recaudación del Fondo llegó a S/ 210.7 millones (9% más que el año anterior), pero teniendo en cuenta el estimado de crecimiento del Mincetur para el turismo receptivo este 2020 (entre 3% a 4%), el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) asignó un presupuesto de S/ 216.8 millones para el presente año: S/ 151 millones para PromPerú y S/ 65.8 millones para Copesco.
Con la pandemia encima, los datos de Sunat arrojan que la recaudación del Fondo de Promoción, entre enero y junio de 2020, sumó S/ 59.3 millones, que equivale a una caída de -41.9% o S/ 41.2 millones menos con respecto al año anterior, cuando los ingresos llegaron a S/ 100.5 millones. Desde que se dispuso el cierre de fronteras, la recaudación mensual se vino en picada: -11.8% en marzo, -45.2% en abril, -94.4% en mayo y -99.7% en junio.
Así las cosas, el Mincetur estima que la llegada de turistas extranjeros disminuirá un 70% al cierre de 2020 y proyecta una reactivación recién desde el segundo semestre de 2021, por lo que es muy probable que el MEF considere también una reducción en la recaudación del Fondo a la hora de asignar recursos para el próximo año. El cálculo más optimista señala un recorte de 50% en el presupuesto de PromPerú, lo que significará unos S/ 75.5 millones menos para inversión en promoción turística, mientras que Copesco recibiría apenas S/ 33 millones, la mitad de lo que dispuso este año para obras de infraestructura turística.
Entonces, con S/ 75.5 millones menos disponibles para promoción (unos US$ 21.5 millones), ¿será posible reactivar el turismo receptivo el próximo año? ¿De dónde sacaremos el presupuesto para promover el Perú en el mundo? ¿Seremos competitivos en un escenario donde todos los destinos se disputarán agresivamente los mercados emisores? ¿Dónde quedó la planificación, la estrategia? ¿Quién es el responsable de tamaña inacción?
Este tema es de exclusiva competencia del Mincetur y de PromPerú, aunque los gremios del sector privado tienen también su cuota de responsabilidad por no exigir informes ni resultados. En el caso del Mincetur, tiene un viceministro de Turismo y decenas de funcionarios en diversas direcciones como planificación, planeamiento, desarrollo turístico, investigación de mercados, etc.; mientras que PromPerú, cuenta con un sinnúmero de especialistas en investigación, análisis, monitoreo y marketing turístico. A diferencia del sector empresarial, todos ellos siguen en sus puestos y ninguno ha sido despedido o enviado a suspensión perfecta, a raíz de la pandemia. ¿Qué han hecho entonces durante la cuarentena? ¿Han trabajado o no en estos últimos cuatro meses?
El sector público tiene la ventaja de tener asegurado su pan de cada día, su presupuesto y el sueldo de sus funcionarios y, a diferencia del sector privado, no tiene la preocupación de vender para poder sobrevivir. Por tanto, su finalidad es servir y atender las necesidades de la población, pero también velar por el bienestar de su sector, reaccionar ante la adversidad, pensar en el futuro, adelantarse a los hechos, planificar y plantear soluciones. Han pasado cuatro meses y seguimos sin ver nada, merecemos una explicación.
TURISMO INTERNO SIN PLANIFICACIÓN
Si hablamos de reactivación, hay otro aspecto por analizar: el turismo interno, donde también tenemos observaciones. Desde el Mincetur se quiere promover el turismo por carretera y las denominadas “burbujas turísticas”, todo ok.
Sin embargo, no hay feriados largos a la vista y aún no están autorizados los viajes en vehículo propio. Y si uno opta por el transporte interprovincial, resulta que los buses están prohibidos de prestar sus baños a los pasajeros, según protocolo. Por tanto, en recorridos largos o en caso de alguna emergencia, deben para en el primer grifo, restaurante o establecimiento que se les presente en el camino.
Suponemos que los funcionarios del Mincetur y de PromPerú han hecho su tarea y ya han identificado si existen baños decentes en las principales rutas turísticas, en qué estado se encuentran, cuánto cobran los grifos o restaurantes por el servicio, si existe un déficit de infraestructura, higiene y seguridad. Han tenido cuatro meses para levantar esta información, ¿cierto?
Y si hablamos sobre los principales destinos turísticos del país, asumimos que han investigado si estos cuentan con establecimientos de salud, qué capacidad tienen, si sacan pruebas rápidas o pueden atender casos sospechosos de Covid-19. Por ejemplo, en Machu Picchu, Cusco o Valle Sagrado: ¿Existen protocolos de emergencia sanitaria? ¿Hay posibilidad de tener un helicóptero de manera permanente? ¿Los prestadores de servicios turísticos cumplen con las medidas de bioseguridad?
Todos estos temas deberían haberse trabajado desde el primer día de la emergencia nacional. Hoy más que nunca son fundamentales para cualquier destino que aspire a captar al nuevo viajero pospandemia, son preguntas que todo turista se hará a la hora de planificar su viaje y elegir un destino. Y para eso está el Estado, para resolverlas con la cantidad de gente que tiene en planilla, cuya estabilidad laboral no se ha visto afectada por la crisis y, por tanto, sus labores no tuvieron por qué parar durante el periodo de aislamiento social, incluso desde sus casas.
Con tantas dudas sobre la mesa y una aparente inacción de nuestras autoridades, cómo podemos pretender que se mueva el turista nacional o que vuelvan los turistas extranjeros al país o que retornen los vuelos internacionales a Lima o al Cusco, donde se planea ejecutar un «plan piloto» con rutas y conexiones directas desde Colombia, Chile y Argentina. Repito, han pasado cuatro meses y no vemos nada.
SECTOR PRIVADO
Pero el sector privado también tiene su cuota de responsabilidad en esta penosa realidad. Por mucho tiempo, los empresarios se han dedicado a explotar turísticamente los destinos, exigiendo al Estado mayor promoción e inversión en infraestructura, pero no se han preocupado por el desarrollo del producto, que es el territorio, pero también su gente. Un claro ejemplo es Ollantaytambo, por donde cruza casi el 90% de turistas que viaja en tren a Machu Picchu.
Al ser una ‘ciudad de paso’, este distrito cusqueño no goza de los recursos generados por la actividad turística, a diferencia de otras localidades del Valle Sagrado de los Incas, como Urubamba o Pisac. Peor aún, a estas carencias se suma el hecho de que los pobladores tienen que soportar las consecuencias de la ola de buses que invaden sus calles y la masiva aglomeración de turistas que ensucian todo a su paso, lo cual explica su malestar y constantes reclamos.
Aquí la responsabilidad recae en el municipio, pero también hay una cuota que debe asumir el sector privado, desde la empresa ferroviaria hasta los operadores turísticos que movilizan a sus pasajeros por la zona. En esta “nueva normalidad” del turismo, lo primero que van a exigir los viajeros y los operadores mayoristas internacionales es: salubridad e higiene; segundo: seguridad; y tercero: responsabilidad social y ambiental con el destino por parte de las empresas que contratan.
Y para no meter a todas en un mismo saco, vale destacar que sí hay empresas que han tomado conciencia sobre este problema y, agrupadas en la asociación Turismo Cuida, unieron esfuerzos para impulsar el desarrollo económico de Ollantaytambo y de sus vecinos. Recientemente, durante la emergencia sanitaria, fueron los únicos representantes del sector turismo que brindaron ayuda a dicha comunidad, mediante la entrega de canastas con víveres y artículos de primera necesidad.
MEDIDAS CORRECTIVAS
En conclusión, la crisis que deja el Covid-19 en la industria turística va más allá de las pérdidas económicas y la difícil situación de las empresas. Hoy se habla de reactivación y muchos creen que la recuperación del sector privado bastará para levantar el turismo interno en lo que queda de 2020 y el receptivo el próximo año, desconociendo quizás que la estrepitosa caída de los ingresos del Fondo de Promoción y el consecuente recorte del presupuesto 2021 de PromPerú (por más de 70 millones de soles), traerán abajo todas las expectativas y pronósticos.
Estamos a tiempo de tomar medidas correctivas. Primero, se requiere una nueva medición, monitoreo y proyección del impacto del Covid-19 en el sector turismo, más allá de la coyuntura actual, los protocolos y la crisis empresarial. Segundo: el Mincetur debe seguir actuando en el momento, reaccionando oportunamente ante cualquier necesidad que surja en el camino. Y tercero: urge que los sectores público y privado trabajen (o culminen, si ya lo están haciendo) un plan que defina la ruta, la estrategia y el cronograma a seguir para generar el movimiento y la demanda que se necesita para reactivar realmente el turismo.
Así la cosas, la pelota está ahora en la cancha del Mincetur, de la nueva ministra Rocío Barrios, de sus nuevos funcionarios importados del Ministerio de la Producción (Produce), del aún desconocido viceministro de Turismo, Luis Guillermo Cortés, y de las autoridades de PromPerú; también de los gremios privados que deberían exigir una planificación de manera inmediata. Es lo mínimo que esperan de ustedes los profesionales del sector y los viajeros en general. Si están de acuerdo, los invitamos a compartir esta reflexión.
Saludos a todos y Felices Fiestas Patrias!!!
Juan Carlos Castro
Director General
Turiweb
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