Antes de que se iniciara la primera sesión de la reunión de dos días de la Organización Mundial de Salud (OMS), en Ginebra, en la que cerca de 400 expertos de todo el mundo estudiarán y compartirán vías de investigación sobre el Covid-19 –nombre con el que la OMS ha bautizado al coronavirus de Wuhan –, la directora de Salud Pública de esta organización, María Neira, quiso dejar claro que viajar sigue siendo seguro.
“La OMS ha dicho desde el principio que las medidas de restricción de viajes o de intercambios comerciales no eran necesarias y seguimos manteniendo esta posición”, afirmó.
Todo esto cuando el número de afectados y fallecidos en el gigante asiático sigue aumentando. Según el último balance de la Comisión Nacional de Sanidad, la cifra de muertos en China se ha elevado a 1350, mientras que ya hay confirmados 44.653 contagios. De los infectados hay 8.204 cuya situación es grave, mientras que 4.740 personas ya han conseguido superar la enfermedad desde que empezó a expandirse a principios de enero.
A pesar de la realidad de la gravedad de la situación en China –donde se concentran el 99% de los casos–, Neira cree que hay cierto “contagio psicológico más que infeccioso, y estamos demasiado asustados”.
En su discurso de apertura, su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que “este brote nos está poniendo a prueba de muchas maneras”, y ha remarcado que “es una amenaza muy grave para el mundo”. Para el máximo responsable de la OMS esta “no es una reunión sobre política o dinero. Es una reunión sobre ciencia”, ya que para “vencer a este brote, necesitamos respuestas a todas esas preguntas”. A pesar de esto, reclamó que la reunión sea “un test de solidaridad política, para comprobar si el planeta puede unirse contra un enemigo común”.
Al finalizar esta primera sesión, Tedros también anunció que la primera vacuna para hacerle frente puede estar lista en 18 meses, “así que por ahora debemos prepararnos para usar las armas que tenemos al alcance en la lucha contra este virus”.