A pocas horas para el término del 2023, la actividad turística concluye con una serie de interrogantes que deben ser respondidas por los representantes del gobierno, o sea, el Ministerio de Cultura (Mincul) y Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur).
Con la aparición de la plataforma Joinnus en la venta de boletos online a Machu Picchu, ha surgido una serie de sospechas en torno al secretismo con el que se ha manejado el tema de la contratación directa –y sin licitación– de esta empresa. Se exige una concreta aclaración.
No se cuestiona que la empresa venda los boletos y gane dinero por ello. No se cuestiona que se venda electrónicamente como debe ser en un mundo moderno.
Lo que preocupa seriamente es la manera en que se ha adjudicado un negocio de tal magnitud y no se haya pasado por un proceso abierto y de licitación como se debió hacer y no que buscarán leguleyadas que son fáciles de argumentar en contra.
En tal sentido, llama la atención que la Fiscalía no haya actuado de oficio ya en este caso debido a su relevancia y presencia en los medios.
Los altos funcionarios de Joinnus no han querido dar la cara en este creciente posible escándalo.
El sector turístico exige estás explicaciones tanto a la parte privada como a la parte pública.
Por ejemplo, Richard Velásquez, presidente de la Asociación Peruana de Empresas de Turismo (Apemtur Cusco), quien rechaza el contrato que Joinnus suscribió con el gobierno, manifiesta que la referida plataforma debería ser más transparente para que esclarezca su vínculo o no con el gobierno.
Cabe recordar que el periodo del ex presidente Pedro Castillo es considerado como el más corrupto de la historia moderna del Perú y se sospecha que el contrato con Joinnus se venía manejando desde este periodo o en todo caso, que el mencionado documento se habría elaborado durante el actual gobierno de Dina Boluarte.
Estas sospechas deben ser aclaradas en su totalidad.
PIDEN DESTITUCIÓN
Para el titular Apemtur Cusco, el sector turismo vive su peor momento, con autoridades que tienen que dar un paso al costado por su incapacidad para hacer las cosas bien.
“Ya es momento de organizarnos para salir y pedir la destitución inmediata de autoridades que perjudican no sólo a los operadores, sino a todos los viajeros del mundo, que desean conocer nuestra maravilla”, afirma Richard Velásquez.
“Tenemos que una serie de preguntas para nuestros ministros de Cultura y Mincetur: ¿cuánto dinero se está dejando de recaudar por estos terribles manejos en la venta de las entradas a Machu Picchu? ¿Cuantos viajeros estarán decidiendo tomar otras opciones para sus vacaciones, en lugar de recorrer nuestro país?”.
Agrega que no se puede laborar con una incertidumbre total.
Por ejemplo, se vendieron entradas del 1 al 5 de enero, y estos espacios volaron en menos de una hora y cientos de viajeros se quedaron sin sus entradas.
La pregunta es: ¿Cuantos espacios se puso a la venta en esas fechas?
Velásquez sostiene que existe una completa desinformación de todos, “nadie sabe nada, nadie dice nada”.
Finalmente, una interrogante: ¿Cuándo se van a vender los espacios para el 6 de enero en adelante?
