Según un estudio del BBVA, de los 531,956 migrantes venezolanos que llegaron a Perú en 2018 y que se encontraban en edad de trabajar, el 86% lo está haciendo. Sin embargo, la mayoría de ellos se encuentra laborando en condiciones de informalidad.
Hablamos de un total de 455,102 personas, quienes perciben un salario promedio mensual de S/ 1.116, por debajo del ingreso promedio nacional, que asciende a S/ 1.560. El horario de trabajo también es otra anomalía.
Mientras que los trabajadores peruanos tienen un promedio de 41 horas semanales, el migrante venezolano alcanza las 60 horas a la semana. Además, el 89% de los que trabajan a modo dependiente no tiene un contrato laboral.
El 97% tampoco cuenta con un seguro de salud que sea otorgado por el empleador, tal como sí lo hacen las empresas formales; y el 76% de ellos trabaja en empresas pequeñas que suelen tener menor productividad y mayor informalidad.
El informe del BBVA también revela que, de toda la población venezolana ocupada, el 75% son empleados y obreros; mientras que un 21% son independientes. Asimismo, un 3% son trabajadores del hogar y el 1% realiza trabajo familiar no remunerado.
Respecto a su ocupación en Perú, un 57% de migrantes venezolanos labora en el rubro de servicios, tales como restaurantes y hoteles, empresas de transporte, entre otros. Un 22% al rubro de comercio y un 15% a la manufactura.
No obstante, se trata de trabajos para los que no se prepararon o estudiaron. En su mayoría son ingenieros, administradores de empresas, profesores, abogados, contadores y enfermeras.
Y aquellos que tienen carreras técnicas son en su mayoría administradores o analistas de sistemas y computación. También los hay mecánicos, enfermeros, contadores, comunicadores y hasta periodistas.
No pueden desempeñarse en sus carreras por no contar con el Permiso Temporal de Permanencia. De cada 10, la mitad de migrantes aún se encuentra solicitando su permiso y un 97% no ha podido homologar su título universitario, refiere el estudio.