Los restaurantes, casinos y comercios criticaron las recientes medidas dispuestas por el Gobierno para contener la segunda ola de Covid-19, porque pueden significar su cierre definitivo y alentar la informalidad que ya acecha su economía.
Como se sabe, el Ejecutivo amplió el toque de queda en trece regiones del país, entre las que figura Lima Metropolitana y Cusco, y prohibió la circulación de vehículos particulares los domingos para evitar las reuniones familiares. También se redujo el aforo de restaurantes entre 50% y 40%, en centros comerciales y tiendas entre 40% y 30%, en casinos y teatros entre 30% y 20%.
Sin embargo, los representantes gremiales de los restaurantes, comercios y casinos, entre otros, criticaron las medidas porque afectan a los negocios formales que cumplen con las disposiciones, pero no controlan el comercio informal que ha aumentado durante la pandemia.
“Lamentablemente, estas medidas ya se tomaron antes y lo único que se logró es que Perú esté en los últimos lugares, tanto en lo económico como en el tema de salud, a nivel mundial”, afirmó el vocero de la Unión de Gremios de Restaurantes del Perú, José Luis Silva Martinot.
Sostuvo que la medida de reducir los aforos en los restaurantes “no era necesaria porque no se está llegando a los aforos máximos permitidos” y además “es una muy mala señal hacia el consumidor final, como que hubiera riesgo en los restaurantes”.
Antes de la pandemia, Perú, considerado como una de las capitales gastronómicas de Latinoamérica, tenía a más de un millón de personas trabajando en más de 200,000 restaurantes.
No obstante, al inicio de la pandemia, “los restaurantes estuvieron cerrados 120 días y no se les permitía hacer el despacho por delivery, mientras que en todo el mundo del delivery nunca paró y los restaurantes nunca dejaron de atender”, indicó Silva, en declaraciones citadas por la agencia EFE.
Para el vocero del sector, al adelantar el inicio del toque de queda se elimina la posibilidad de que los restaurantes atiendan el servicio de cena, así que sólo les dejan la posibilidad de atender a la hora del almuerzo y con aforo de 50% de asistentes.
“Entonces, la facturación la reducen al 25%, si a eso le añades el día más importante en los comercios, en los restaurantes, que es el domingo, al prohibir el transporte en carro privado, estaríamos reduciendo aún más la facturación, estamos calculando que se reduciría a un 20%, Eso es, por decir de alguna manera, condenar a muerte a los restaurantes”, detalló.
Silva criticó que “estas medidas solamente las cumplen las empresas formales, (porque) los informales hacen lo que les da la gana y, al que cumple la ley, a ese le reducen las posibilidades de trabajar y no es el que transporta o promueve el coronavirus”.
Por su parte, el representante de la Sociedad Nacional de Juegos de Azar (Sonaja), Fernando Calderón, dijo al diario El Comercio que los casinos tendrán que evaluar “si seguirán operando” porque sus actividades son principalmente nocturnas.