La decisión del Ministerio de Cultura (Mincul) de seguir adelante con la contratación directa de Joinnus para la venta de boletos de ingreso a Machu Picchu a través de su plataforma digital (hacia la cual redirige el dominio tuboleto.cultura.pe), ha reavivado las protestas en Cusco, en contra de un proceso a todas luces extraño y poco transparente.
Desde el pasado 25 de octubre, cuando advertimos que detrás de la plataforma del Mincul estaba Joinnus, hasta el 20 de noviembre, cuando revelamos la orden de servicio firmada por ambas entidades, en Turiweb hemos dicho que este proceso está viciado y carece de toda legitimidad pues no cumple estrictamente con lo establecido en la ley de contrataciones del Estado.
Al igual que muchos en el sector turismo, en este medio estamos completamente de acuerdo y apoyamos la venta virtual de entradas a Machu Picchu, es lo más conveniente, pero no podemos cegarnos ante un contrato que a todas luces favorece a un privado en desmedro de los intereses del Estado.
A continuación tres razones por las que, a nuestro entender, se debe reformular este proceso de contratación:
1- Selección sin licitación:
Hasta el momento la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, no ha demostrado con documentos que la elección de Joinnus se dio luego de un proceso de licitación, por tanto queda claro que la selección de este proveedor ha sido “a dedo”.
Turiweb pudo acceder a la Orden de Servicio N° 03480-2023-S de fecha 4 de agosto de 2023 y a la Adenda N° 01 de fecha 7 de noviembre, donde se evidencia claramente que el Mincul y Joinnus suscribieron un contrato por “adjudicación directa”; es decir, sin licitación de por medio.
El Mincul afirma que el valor del servicio es de S/ 36 mil, por tanto no requiere licitación. Sin embargo, además de ese pago que recibirá Joinnus, también hay que considerar su comisión de 3.9% por cada boleto vendido, monto que llegaría a unos S/ 8 millones al año, cifra suficiente para ameritar una licitación pública transparente donde participen otros postores y donde gane el que tenga la propuesta más conveniente para el Estado.
2- Base de datos gratis:
Además del pago que recibirá del Ministerio de Cultura, algo que no se está analizando es que Joinnus accederá gratuitamente a la base de datos más valiosa del sector turismo: los turistas nacionales y extranjeros que visitan Machu Picchu.
Al comercializarse a través de su plataforma, Joinnus recogerá la información personal de cada turista que adquiera su entrada para Machu Picchu. Por tanto, tendrá uso exclusivo de esta importante base de datos, que ya quisieran tener muchas empresas de turismo.
Hay un dicho que dice: “Uno puede hacer lo que la ley no prohíbe”. En este caso, la orden de servicio ni la adenda prohíben a Joinnus el libre uso de la base de datos, tampoco le impiden explotar publicitariamente la misma para su beneficio o el de un tercero. No está clara la política de protección de datos personales, lo cual sí debería aparecer en un contrato de buena pro bajo licitación pública.
3- Posible venta cruzada:
Otro aspecto que no se está analizando es la posibilidad de que Joinnus pueda hacer venta cruzada con la base de datos de turistas que compran entradas a Machu Picchu. En la orden de servicio no se prohíbe.
Joinnus ha dicho que no venderá servicios turísticos en su plataforma, solo las entradas a Machu Picchu. Sin embargo, esto debería estar especificado en la orden de servicio y en la adenda aprobada por el Ministerio de Cultura; hoy no lo está.
Además, Joinnus ha señalado textualmente que no venderá “tours de la región Cusco” en su plataforma. ¿Y en las demás regiones? Recordemos que en su web ya se comercializan las entradas para Kuélap y Chan Chan. Una vez más, las cosas no están claras en la orden de servicio.
En conclusión, estos son apenas tres razones que nos llevan a reflexionar. Es necesario revisar estos tres puntos para establecer una opinión objetiva sobre la viabilidad de este proceso de contratación que, a todas luces, no es nada transparente.
Joinnus ha hecho un negocio redondo: se hará fácil con una base de datos valiosa, gratis, y encima gana por el servicio S/ 36 mil soles al año y la comisión de 4% por boleto vendido. Todo a dedo y sin licitación. Aquí huele algo raro.
Reiteramos, estamos a favor de la venta virtual, pero con transparencia y un concurso público de por medio, con varios postores y propuestas. Tampoco es ilógico pensar en que el Estado pueda tener su propia plataforma digital, con el control absoluto de la base de datos y ahorrándose la comisión.
La ministra Urteaga ha dicho que la actual web de reservas de la Dirección de Cultura de Cusco no ha podido ser repotenciada. Pero, por favor, no es tan difícil desarrollar una web de reservas segura y podría costar menos de S/ 50 mil, tranquilamente. Dinero hay, hace falta decisión política, honestidad y transparencia. Si haces algo, hazlo bien.
La Fiscalía y la Contraloría tendrán la última palabra, tal como han solicitado la Gercetur Cusco y el Comité Consultivo Regional de Turismo de Cusco.
Saludos,
Juan Carlos Castro
Director General
TURIWEB
juancarlos@turiweb.pe