La Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco (DDCC) concluyó los trabajos de restauración y puesta en valor del tramo Hawkaypata – Izcuchaca del camino troncal hacia el Chinchaysuyu, que data de la época inca y que constituyó el eje principal de articulación de los pueblos del Tawantinsuyo.
Esta obra de gran envergadura demandó una inversión de más de 6 millones 476 mil soles financiados por la entidad cultural.
Fredy Escobar Zamalloa, director de la institución, señaló que la restauración se inició en la calle Conquista, ubicada en el Centro Histórico de Cusco y continuó en la Av. La Raza del barrio de Santa Ana, la Urb. San Benito, el arco de Tica Tica sector de la APV Camino Inca y prosiguió hacia Izcuchaca, Anta, pasando por los distritos de Poroy (Cusco), Cachimayo y Pucyura, provincia de Anta.
“En total se restauró más de 6 mil 800 metros lineales de calzada de camino inka ubicados en diversos puntos de este tramo. Asimismo, se recuperó muros de contención, sistemas de drenaje de aguas pluviales, escalinatas, pontones y descansos, también llamados ´samanas”, refirió el funcionario.
El trabajo de restauración y puesta en valor estuvo precedido de la investigación arqueológica, que permitió identificar y registrar el trazo original y las características arquitectónicas del tratamiento de pisos de piedra, muros laterales, canales de derivación de aguas de lluvia y otros aspectos.
El camino troncal al Chinchaysuyu parte del Hawkaypata, actual Plaza Mayor de Cusco, con dirección norte, llegando hasta Quito, en Ecuador y Pasto, en Colombia. El tramo restaurado no es continuo, ya que, en varios puntos del recorrido, el camino prehispánico desapareció por la construcción de carreteras, calles, viviendas y el crecimiento urbano.
La obra de restauración y puesta en valor del tramo Hawkaypata – Izcuchaca del Camino Inca hacia el Chinchaysuyu se inició el año 2014 y concluyó el 30 de julio de 2021, aunque durante los años 2014 y 2015 hubo dificultades de diversa índole que impidieron la continuidad de los trabajos.
Durante la intervención, se contó con el apoyo de la población que habita en los diversos sectores del camino prehispánico y se espera que ahora contribuyan a su conservación.