
Debido a la convulsión social, los estimados de crecimiento del sector turismo proyectados por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) para este año, no se cumplirán. Así lo señaló Marienela Mendoza, presidenta del Gremio de Turismo de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), quien proyectó que el Perú recibirá menos de un millón de turistas al cierre de 2023.
“Como gremio, respetamos las cifras expresadas por el Mincetur, que estimaba para el 2023 que llegarían alrededor de 2,5 millones de turistas extranjeros y 3,4 millones de turistas nacionales. Estos valores, comparados con el 2022 (2 millones de turistas), representa un incremento de 26%. No obstante, estimamos que no llegaremos a dichas cifras dada la coyuntura actual, y por el contrario, proyectamos que se llegue a menos de un millón, tanto en turismo receptivo como interno en el año en curso”, afirmó.
La ejecutiva sostuvo que la conflictividad social ha generado cancelaciones de hasta el 60% de las reservas de turistas para el primer semestre del 2023; esto llevaría a que se reduzcan las divisas extranjeras que ya estaban comprometidas en vuelos, y en reservaciones en hoteles y restaurantes.
“Se estima una pérdida económica aproximada de S/ 7 millones diarios, motivo por el cual las agencias de viajes están perdiendo todo su capital y se ven en la obligación de despedir a su personal. En la ciudad de Cusco, el 80% de turistas, entre extranjeros y nacionales, han cancelado sus reservas; y como es obvio, lamentablemente esto repercutirá en el turismo en los primeros trimestres del 2023”, comentó.
“Ello motivará que muchos turistas opten por destinos estables en países de la región, como Chile, Colombia y Ecuador. Es una lástima que la misma población no haya mapeado las consecuencias que generarían las protestas, las que ya afectan a diferentes regiones en el territorio nacional”, añadió.
Marienela Mendoza remarcó que muchos operadores turísticos que estaban saliendo del golpe de la pandemia, aún tienen préstamos pendientes por cancelar el Reactiva y el FAE-Turismo. Dijo que estos empresarios están en riesgo por su difícil situación financiera, lo que pone en peligro sus negocios, y por consiguiente la continuidad de sus trabajadores.
“Consideramos que, hacia el primer semestre del 2024, podríamos tener mayores luces para la recuperación del turismo en general, siempre y cuando se den las condiciones y facilidades para el desarrollo de este importante sector”, opinó.

Sobre las acciones que debe adoptar el gobierno para contrarrestar la ola de violencia, Mendoza afirmó: “Definitivamente, no tratar la violencia con más violencia. Por el contrario, llamar a una mesa de diálogo con el Ejecutivo, gremios empresariales, la sociedad civil, y representantes de los gobiernos regionales con el fin de establecer un acuerdo. De igual manera, se deberá convocar a los actores que tengan la predisposición al diálogo con propuestas e iniciativas para poder salir adelante”.
En materia financiera, propuso ayudar al sector con la flexibilidad de los plazos, por el cual se hace necesaria una ampliación, ya que, al no haber turismo, no hay negocios, ni servicios; y por consiguiente no hay ventas.
“Hay un gran porcentaje que no termina de pagar los créditos (60%) solicitados en pandemia. Por ello, un importante apoyo para este gran sector sería obtener prórrogas de 12 a 18 meses para mantener sus negocios”, refirió.
Finalmente, Mendoza consideró oportuno declarar en emergencia al sector turismo. “Desde hace más de dos décadas, Perú se ha convertido en un importante destino turístico y gastronómico, pero obviamente la ola de violencia ha frenado distintas actividades económicas, entre ellas el turismo. Creemos firmemente que nuestro sector puede llegar a niveles superiores siempre que se vea apalancado por una sociedad libre de amenazas y conflictos, que le permita avanzar”, puntualizó.