
Enrique Quiñones, presidente de la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (Apotur), explicó que el aforo limitado de visitantes a Machu Picchu no se debe tanto a un tema de contagio, sino que la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco (DDCC), a través de un informe que luego fue elevado a una resolución suprema, precisa que la capacidad de la ciudadela inca está definida por cuántas personas pueden pasar por el Templo de las Tres Ventanas.
“En base a eso han dicho que, si ahí no entran 2,244 personas, entonces en todo Machu Picchu no pueden entrar 2,244 personas. Entonces, haciendo un paralelo, es como si quisieras hacer una reunión en tu casa y definieras el aforo por cuanta gente entra en la cocina”, comentó.
Además, Quiñones dijo que el informe sobre el ingreso a Machu Picchu indica que si se construye un centro de visitantes “mágicamente la ciudadela puede recibir 5,900 personas por día”.
Agregó que la solución no va por la construcción de más accesos a la ciudadela como lo han propuesto autoridades locales, porque en algún momento la gente irá a confluir en un solo punto.
En entrevista difundida por la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Afines (Ahora Perú), el presidente de Apotur sostuvo que, de acuerdo a las estadísticas que maneja, el turismo receptivo aún no llega a ser ni el 20% de los ingresos a Machu Picchu de lo que antes era.
“El turismo receptivo está creciendo y, claro, si no hay ingresos poco podemos promoverlo. Y si no hay posibilidades de seguir promoviendo Machu Picchu, los grandes mayoristas no van a perder el tiempo poniendo al Perú en sus publicaciones, para que después, cuando el pasajero llame, le digan que no hay entradas. Entonces, sencillamente, lo retiran de su catálogo, de sus promociones, pero no van hacer el esfuerzo de vender un destino que no tiene capacidad”, resaltó.
Finalmente, Quiñones señaló que el turismo en el Perú gira alrededor de Machu Picchu y que vender otro destino realmente sería muy difícil.